I Ching. Hexagrama 5. Hsü. La espera.

El hexagrama numero cinco del I Ching habla de un momento en la vida de las personas en el que ya todo lo que se requería para enfrentar eficazmente el cambio que está por ocurrir ha sido ejecutado, y sin embargo el cambio aún no llega. Tal situación podría generar incertidumbre (y por tanto ansiedad) en la persona.   

Todo lo anterior se sintetiza como “La Espera” que se representa por nubes en el horizonte que anuncian la ansiada llegada de la lluvias que “liberan la tensión atmosférica”.

La Espera que según indica el I Ching con enorme sabiduría: “No es esperanza vacía ya que tiene la certeza de llegar a la meta”, debe ser comprendida como un momento de recogimiento y esparcimiento.

Por eso aconseja relajarse y disfrutar la vida “comiendo y bebiendo”

El Hexagrama.

Todos los seres necesitan de la alimentación que llega desde arriba. Pero el don de la alimentación llega a su propio tiempo y, por eso, es necesario esperar. Este hexagrama muestra las nubes en los cielos. Nubes que dan lluvia que refresca todo lo que crece y ofrece alimentación y bebida a la humanidad. La lluvia llegará a su propio tiempo. No podemos forzar su llegada, tenemos que esperarla.* La idea de la espera está sugerida por los atributos de los dos trigramas: fortaleza interior y peligro en el exterior. La fortaleza no se derrumba cuando enfrenta el peligro; se toma su tiempo, mientras que la debilidad frente al peligro se agita cada vez más y no tiene la paciencia para esperar.

La imagen.
Las nubes se elevan al cielo: La imagen de La espera. Así, la persona superior come y bebe Está alegre y de buen humor.

Cuando las nubes se elevan en el cielo es un signo de que va a llover. No hay nada que se pueda hacer. Sólo se puede esperar hasta que caiga la lluvia. Ocurre lo mismo en la vida cuando el destino actúa. No debemos preocuparnos y tratar de darle forma al futuro por medio de intervenciones antes de que llegue el tiempo indicado. Lo que se debe hacer es, calladamente, fortificar el cuerpo con alimento y bebida y la mente con la alegría y el buen humor. El destino llegará cuando deba llegar y, entonces, estaremos listos.

El juicio.
La espera no significa esperanza vacía ya que tiene la certeza interior de que alcanzará su meta. Tal certeza por sí misma da la luz que lleva al éxito. Esto lleva a la perseverancia que a su vez trae la buena fortuna y da el poder para cruzar la gran agua. Uno está confrontado con un peligro que debe superar. La debilidad y la impaciencia no logran cosa alguna. Sólo la persona fuerte puede enfrentar así su destino, pues la seguridad interior le permite resistir hasta el final. Esta fortaleza se muestra a sí misma como lealtad con uno mismo a toda prueba. Es sólo cuando se tiene el coraje de enfrentar las cosas exactamente como son, sin ningún engaño o ilusión, que una luz se desarrollará como resultado de los eventos, que nos permitirá reconocer cuál es el camino del éxito. Este reconocimiento debe ser acompañado de una decidida y perseverante acción. Sólo la persona que enfrenta su destino de manera decidida será capaz de tomar la decisión necesaria y de derrotar al peligro.

*Nota del editor:

La cosmovisión en China difiere enormemente de la de occidente. Por ejemplo tenemos la lluvia, que en nuestra visión occidental implica incomodidad, interrupción de eventos sociales y prejuicios similares. En China en cambio la lluvia se concibe como el fenómeno natural que “libera la tensión atmosférica”, tras lo cual la vida prospera en el mundo o como lo conciben ellos: “Todo bajo el Cielo”. 

No significa lo anterior en modo alguno que una cosmovisión sea superior a la otra, simplemente las cosmovisiones disímiles reflejan la diferencia cultural entre ambas poblaciones.