Canon EOS REBEL XT
ISO: 100
f/5
1/25 s
140 mm

Esta es a mi juicio, una de las tres o cuatro plantas más extrañas y extraordinarias de la Flora de Costa Rica.
Es una Gimnosperma -prima de los pinos, abetos, cipreses, secuoyas y otros- sin embargo su hábito (forma de crecimiento) asemeja a una palmera.
Las gimnospermas son muy antiguas, compartieron la Tierra con los dinosaurios, en una época en que la flores -tal y como las conocemos hoy- no existían aún, claro está que si existían -al igual que en todas las gimnospermas actuales- aparatos “florales” para la reproducción, es lo que conocemos en los pinos y cipreses como “piñas” o “conos”, de ahí el término coníferas dado a este grupo de árboles que son más abundantes en latitudes frías, y escasos en los trópicos.
Las gimnospermas poseen canales resiníferos, esta resina es anticongelante, y por esto este grupo de árboles conserva sus pinas verdes aún bajo la nieve, mientras que los demás árboles en aquellas latitudes deben entrar en hibernación para sobrevivir al invierno.
La raíz asemeja una yuca, casava, mandioca (Manihot esculenta), y es tóxica, sin embargo se elabora algo parecido a un pan comestible, si se raya, y a la pulpa se le extrae el caldo al menos tres veces.