
Esta es la ley natural que explica cómo ante la escasez de un producto su precio sube, y a su vez, ante la sobreoferta el precio de un producto cae.
Aprovechemos entonces la oportunidad para visualizar en forma práctica cómo opera esta ley y cómo podemos beneficiarnos de esta.
Un escenario para todos reciente ha sido la subida desmedida en los precios de la carne por la inflación en marcha.
La primera reacción de la gente ante esta situación es reducir los costos de las compras de carne, entonces si lo cotidiano era comprar posta de res, ahora la gente comprará cortes menos finos, cortes que incluyan hueso pues son mucho más baratos, a los pocos días los carniceros notan que ahora la gente compra cortes baratos y en cambio los cortes finos no se están vendiendo, lo que se convierte inmediatamente en una amenaza para el carnicero, pues la carne tiene un periodo de vida muy corto en el escaparate, y por tanto hay que «forzar su venta» y para esto el carnicero le rebajará el precio a estos cortes finos, al principio un poco, luego aumentará el descuento aunque esté perdiendo, pues si la carne se descompone tendrá una perdida aún mayor que si la vende a un precio inferior al que la compró.
Algunos argumentarán que es posible congelar la carne y evitar así su pérdida total y eso es cierto, pero entonces debemos considerar dos factores importantes al tomar esa estrategia, primero, que de estar congelada no estará entonces en exhibición, con lo que se reduce la posiblidad de que se venda, pero la segunda es aún más grave, y es que hay un límite a la cantidad de carne que pueda ser congelada, y este esto dependerá del espacio disponible que tenga el carnicero para la congelación, y este no suele ser un recurso abundante, ya que la refrigeración no es exactamente barata, menos ahora con aumentos del 400% o más en la energía en Europa por ejemplo.
La dinámica anterior resulta no solo en la caída en el precio de los cortes finos, sino en el aumento en el precio de los cortes baratos, con lo que ¡Oh maravilla! vuelve la gente a tener acceso (aunque sea temporalmente) a cortes finos a buen precio.
Lo anterior parece indicar que existe un «equilibrio» natural en el comportamiento de los precios de los bienes de consumo, y por esto y la constante repetición de este fenómeno con identicos resultados siempre, es que se ha declarado como una ley.
Conclusión práctica: Observar periódicamente lor precios de los bienes de consumo nos permitirá comprar siempre a precios más bajos.