Al buscar un «equilibrio perfecto» de la economía (enfoque mecanicista y muy matemático) se olvidan bastante, de que la economía -que significa en griego «Ciencia de la casa»-, es un conglomerado de seres humanos interactuando principalmente en un mercado de compra y venta de bienes y servicios de consumo.
Estos seres humanos tienen comportamientos de consumo que para analizarlos más correctamente se debe entonces aplicar un análisis que invoque a conceptos más de tipo social tales como los que se presentan en otras disciplinas como la sociología o la antropología.
De lo anterior se desprende que esta escuela de pensamiento genera una gran desconfianza por parte de la población, que suele opinar por consenso, que estos economistas pasan la mitad del tiempo pronosticando lo que ocurrirá, y a otra mitad del tiempo la pasan explicando por qué no se cumplieron sus pronósticos.